La educación sentimental de una seducida y abandonada en Barcelona

26/10/08

Like a female dead walking



Trabajar cansa.
Y esa no es solo la conclusión de cierto prosaismo lumpen que consagró un poeta italiano en su título. También concentra la experiencia poco vital de una valquiria del amor, después de tratar con sexagenarios talancas, cargando una bandeja durante 12 horas e intentando descifrar qué mierda es una tapa de morros o un bocatta de tortilla a la francesa.
Por suerte, mañana es lunes. Happy Mondays. Un disparo de la bolsa y las acciones de la vida de estudiante suben hasta confundir los días de la semana en la intemperie noctámbula de la ciudad con más concentración demográfica de bares por manzana.
Solo por eso, me acuesto tranquila. Me encanta remontar estos aburridos fines de semana laborales con el consuelo de que, vaya donde vaya, el lunes por la noche, siempre habrá un barman dispuesto a consolarme desinteresadamente con sus malabares, detrás de una barra llena de espectadores.
El otoño empieza mañana. Y hoy tengo que adelantar una hora el reloj.
Pero, parece como si éste, mi reloj biológico, se hubiera parado. De repente, estoy otro puto sábado a la noche, sola en Córdoba, viendo la cuarta temporada completa de Sex and the city, con mi gata a los pies de la cama.
De la euforia a la depresión, ese es el sendero que delinean las desventuras de la educación sentimental de una seducida y abandonada en Karcelona: Otra vez a brindar con extraños y a llorar por los mismos dolores... Tomate esta botella conmigo, que en el último trago nos vamos...a dormir!

No hay comentarios: