La educación sentimental de una seducida y abandonada en Barcelona

4/2/09

La Solución Final




Hoy me llegó un mail de Mercado Libre.

Apurada, eliminé toda la correspondencia comercial, pero algo en su interpelación, casi metafísica, me tocó alguna fibra sensible y no lo borré.

Sin ninguna duda, es digna de admiración la sutileza de las nuevas estrategias de marketing.
Ahora, en vez de interpelarte directamente con un grosero "San Valentín: compre, regale y engorde junto a su querido", te atacan con el siguiente cross a la mandíbula (y al corazón):
"Ana Isabel:¿como es tu AMOR?"
para, después de un "encontrá el regalo perfecto", enchufarte una larga lista de objetos que empalagan de tanto brillo, dulzura y peluche.

Sin embargo, gracias la eficacia interpeladora de la publicidad, perdí todo el día comiendo y tratando de recordar cuando fue la última vez que recibí un regalo por San Valentín.
Y, estoy segura de que voy a perder un par de días más...

Por eso, para evitar el mal trago de no recordar un solo regalo de San Valentín, este año, dada mi natural inclinación hacia el don de gentes, la filantropía, la logística y el papel de regalo (ese metalizado que hace ruidito cuando se rompe) las convoco, mis queridas, a cambiar el sentido de nuestras vidas, determinadas por el callejón sin salida de la soltería involuntaria.

Antes del proximo 14 de Febrero, ésta es la Solución Final que propongo para acabar, de una buena vez por todas, con ese gran problema: este año, chicas, hay que regalarse. Y regalarse mucho, todo lo que se pueda.

Pero, no regalarse otro Día de los Enamorados de excesos gastronómicos solitarios, viendo "La flor de mi secreto", en el disfrute masoca de la total empatía con esa inolvidable Marisa Paredes en la piel de Amanda Gris, sufriendo horrores por el hijo de puta de Imanol Arias, que la deja por su mejor amiga.

Esta vez, tenemos que regalarnos mucho. Y, de verdad, mis queridas!

Este año, chicas, hay que regalarse con ganas, como sea, donde sea, lo que sea. Regalarse con escote, con esa solerita de gasa New Romantic, con pantuflas, de jogging, de tacos o de ruleros. Como lo prefieran.

REGALARSE. ESA ES LA CONSIGNA.

Regalarse en la calle, en la verdulería, en la biblioteca, en el trabajo, en la cola del banco, en los baños públicos, en la peluquería, esperando el metro.

No hay tiempo que perder! Nos quedan sólo díez días!!!

Ya sabemos, también, gracias a esa intelligentzia de publicistas que atenta contra nuestra madurez emocional en este potlatch infinito que es la sociedad de consumo, que absolutamente NADIE desprecia los regalos.
Y, muchísimo menos, en el día de San Valentín!!!!!!!

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